Déficit presupuestario

También llamado déficit de los presupuestos, es el caso en el que el gasto público y las transferencias realizadas por el Estado u otras entidades públicas superan a los ingresos de ese carácter obtenidos , principalmente a través de impuestos. Debe distinguirse entre déficit primario y déficit total, que es el que incluye los gastos financieros. La forma en que se financie el déficit tiene importantes repercusiones sobre la economía, las finanzas del país y su solvencia.Según los hacendistas clásicos, el presupuesto debía estar siempre equilibrado, es decir, los gastos equivaldrían a los ingresos. Modernamente se consideran el déficit o superávit presupuestarios como medidas económicas para conseguir la estabilidad total del sistema. Se buscará el déficit, aumentando los gastos sin modificar los ingresos, o manteniendo los gastos y reduciendo los ingresos, como medio de promover la actividad económica en momentos en los que la demanda total sea inferior a la oferta total.

El principal recurso para financiar un déficit presupuestario es la emisión de deuda pública. Se entiende por deuda pública el conjunto de préstamos concedidos a las administraciones públicas, que han sido documentados en títulos-valores, en virtud de los cuales aquéllas se comprometen al pago periódico de unos intereses y, en su caso, a la devolución de los capitales prestados, a la que se denomina amortización. La emisión de deuda pública para costear el déficit es una fórmula ortodoxa, pero mantenida por largos períodos de tiempo, puede llegar a ser insostenible. La otra forma de financiación que consiste en el recurso al Banco emisor, de manera que el Estado se endeuda permanentemente transformando esa deuda en moneda que entra en el corriente circulatorio, es una forma recriminable, porque incide negativamente sobre los precios e implica una degradación de la equidad del sistema tributario y procesos de desajuste importantes, ya que se repercute en los tipos de interés, la inversión y la distribución de la renta como consecuencia de tener que mantener políticas monetarias duras.

La financiación del déficit público mediante el recurso al Banco Central supone un aumento de la Base Monetaria en la economía y, en consecuencia, un aumento d ela cantidad de dinero en circulación. A esta actuación se le denomina monetización de la deuda. En términos reales supondría la adopción conjunta de políticas fiscal y monetarias expansivas.

En los años 90 los países más desarrollados, en su mayoría, estaban abocados a tomar medidas drásticas para reducir, e incluso eliminar totalmente, los déficits primarios y muchos de ellos habrán de reajustar su política fiscal para obtener superávit que les permitan costear el servicio de la deuda, sin incrementar ésta, o reducirla. En algunos casos los volúmenes de deuda son enormes por es un dato que por sí solo no permite definir una situación en relación con la generación futura de déficit presupuestarios. La sostenibilidad de la deuda pública viene determinada por factores tales como el crecimiento real de la economía, los tipos de interés reales y la existencia de superávit primarios suficientes. El nuevo tratado de Unión Europea de Maastricht determina:

1. “Los estados miembros evitarán déficit públicos excesivos".

2. "La comisión supervisará la evolución de la situación presupuestaria y del nivel de endeudamiento público de los estados miembros con el fin de detectar errores graves". En particular, examinará la observancia de la disciplina presupuestaria atendiendo a los dos criterios siguientes:

- Si la proposición entre el déficit público previsto o real y el producto nacional bruto sobrepasa un valor de referencia y en caso afirmativo, si la proposición no ha descendido sustancial y continuadamente y si no ha llegado a un nivel que se aproxima al valor de referencia; o, alternativamente, si el rebasamiento del valor de referencia es sólo excepcional y temporal, manteniéndose el déficit cercano el valor de referencia.

- Si la proporción entre la deuda pública y el producto interior bruto rebasa un valor de referencia y , en tal caso, si la proporción no disminuye suficientemente, y no se aproxima a un ritmo satisfactorio al valor de referencia.

Los valores de referencia se especifican en un protocolo sobre el procedimiento aplicable en cada caso d déficit excesivo, anexo al presente tratado”

Como se ve, el problema del déficit para países como España perteneciente a una organización económica y social supranacional, como es la UE, deja de ser un problema doméstico, en el que se puedan tomar decisiones arbitrarias en cuanto a ir contra los pactos asumidos.

Bibliografía Enciclopedia Ibefinanzas. [1]