Mercado de trabajo
Contenido |
El mercado de trabajo
Una gira por el mercado de trabajo
La población activa es la suma de las personas que están trabajando o buscan trabajo. Las inactivas son personas que no trabajan en el mercado ni buscan trabajo. La tasa de actividad ha aumentado ininterrumpidamente con el paso del tiempo debido sobre todo al continuo incremento de la tasa de actividad femenina. En 1950, una mujer de cada tres pertenecía a la población activa, actualmente, su número se aproxima a dos de cada tres. Por otro lado la tasa de desempleo es el cociente entre los desempleados y la población activa.
Las variaciones por el desempleo
¿ Cómo afectan las fluctuaciones de la tasa agregada de desempleo a cada uno de los trabajadores? Es una pregunta importante, ya que la respuesta determina:
- El efecto que producen las variaciones en la tasa agregada de desempleo en el bienestar de los trabajadores.
- El efecto que produce la tasa agregada en el desempleo en los salarios.
- Si el juste se realiza reduciendo las contrataciones, las probabilidades de que un desempleado encuentre trabajo disminuyen. Una reducción de las contrataciones significa una disminución de las vacantes; un aumento del desempleo significa un aumento del número de demandantes de empleo. Una reducción de las vacantes y un aumento del número de demandantes de empleo hacen que resulte más difícil para los desempleados encontrar trabajo.
- Si el ajuste se realiza, por el contrario, aumentando los despidos, los trabajadores ocupados corren más riesgos de perder el empleo.
En general, cuando las empresas utilizan ambos márgenes de ajuste, un aumento de la tasa de desempleo va acompañado tanto de una reducción de las probabilidades de los desempleados de encontrar trabajo como de un aumento de las probabilidades de los ocupados de perder el empleo. En definitiva, cuando el desempleo es alto, el bienestar de los trabajadores empeora de dos maneras:
- La probabilidad de que los trabajadores ocupados pierdan el empleo aumenta.
- La probabilidad de los trabajadores desempleados de encontrar otro trabajo disminuye.
La determinación de los salarios
Los salarios se fijan de muchas formas. A veces se fijan mediante una negociación colectiva, es decir, negociando entre empresas y los trabajadores. Por lo que se refiere al resto, los salarios son fijados por los empresarios o son fruto de un acuerdo bilateral entre el empresario y el trabajador. Cuanto mayores son las calificaciones necesarias para realizar el trabajo, más probable es la negociación. Destacan dos tipos de consideraciones:
- Los trabajadores normalmente perciben un salario superior a su salario de reserva, que es el salario al que les da lo mismo trabajar que no trabajar.
- Normalmente los salarios dependen de la situación del mercado de trabajo. Cuanto más baja es la tasa de desempleo, más altos son los salarios.
Para analizar estos hechos, los economistas han centrado la atención en dos grandes tipos de explicaciones: la negociación y los salarios de eficiencia.
La negociación
El poder de negociación de un trabajador depende de dos factores. El primero es la facilidad de la empresa para sustituirlo si la abandona y el segundo es la facilidad del trabajador para encontrar otro trabajo si abandonara la empresa. Cuanto más caro le resulte a la empresa sustituir al trabajador y más fácil le resulte al trabajador encontrar otro trabajo, mayor será el poder de negociación del segundo. Eso tiene dos implicaciones:
- El poder de negociación que tenga un trabajador depende en primer lugar, del tipo de puesto que ocupe.
- El poder de negociación de los trabajadores también depende de la situación del mercado de trabajo.
Los salarios de eficiencia
Independientemente del poder de negociación de los trabajadores, las empresas pueden querer pagar un salario superior al de reserva. Desean que sus trabajadores sean productivos y un salario más alto puede ayudarles a conseguir ese objetivo. La mayoría de las empresas quieren que sus trabajadores se encuentren a gusto en su trabajo. El hecho de que se encuentren a gusto contribuyen a que se haga el buen trabajo, lo cual eleva la productividad. Las teorías de los salarios de eficiencia, al igual que las teorías basadas en la negociación sugieren que los salarios dependen tanto del tipo de puesto de trabajo como de la situación del mercado de trabajo:
- Algunas empresas que consideran que la moral y el compromiso de los trabajadores son esenciales para la calidad de su trabajo pagarán más que las empresas de los sectores en los que las tareas de los trabajadores sean más rutinarias.
- La situación del mercado de trabajo influye en el salario. Cuando la tasa de desempleo es baja, es más atractivo para los trabajadores ocupados dejar el empleo. Cuando es baja, resulta fácil encontrar otro trabajo.
La determinación de los precios
Los precios fijados por las empresas dependen de los costes a los que se enfrentan. Estos costes dependen, a su vez, de la naturaleza de la función de producción, es decir, de la relación entre los factores utilizados en la producción y la cantidad producida y de los precios de estos factores. Supondremos que las empresas producen bienes utilizando trabajo como único factor de producción. En este caso, podemos expresar la función de producción de la forma siguiente: Y=AN donde Y es la producción, N es el empleo y A es la productividad del trabajo. Esta manera de expresar la función de producción implica que la productividad del trabajo es constante e igual a A. Debe quedar claro que este supuesto es una enorme simplificación. En la realidad, las empresas utilizan otros factores de producción además del trabajo. Utilizan capital, es decir, máquinas y fábricas. Utilizan materias primas, como petróleo. Además, hay un progreso tecnológico, por lo que la productividad del trabajo, A, no es constante sino que aumenta continuamente con el paso del tiempo. Dado el supuesto de que la productividad de trabajo, A, es constante, podemos hacer otra simplificación más. Podemos elegir las unidades de producción de tal forma que un trabajador produzca una unidad; en otros palabras, A=1. Con este supuesto, la función de producción se convierte en Y=N. Esta función de producción implica que el coste de producir una unidad más el coste de emplear un trabajador más el salario W. El coste marginal de producción es igual a W. Si hubiera competencia perfecta en el mercado de bienes, el precio de una unidad de producción sería igual al coste marginal: P sería igual a W. Pero muchos mercados de bienes no son competitivos y las empresas cobran un precio superior a su coste marginal. Una sencilla manera de recoger este hecho es suponer que las empresas fijan su precio con acuerdo con: P= (1+J)W, donde J es el margen del precio sobre el coste. Si los mercados de bienes fueran perfectamente competitivos, J sería igual a cero y el precio P sería simplemente igual al coste W. En la medida en que no lo son y en que las empresas tienen poder de mercado, J es positivo y el precio es más alto que el coste, ya que es igual a éste multiplicado por (1+J).
Bibliografía
Macroeconomía 4º edición, Oliver Blanchard. Editorial: Pearson