Pacto de estabilidad y crecimiento

De Descuadrando

El Pacto de Estabilidad y Crecimiento tiene su origen en una propuesta de Theo Waigel, Ministro de finanzas alemán, en 1995. Fue adoptado en el Consejo de Ministros de la Unión Europea celebrado en diciembre de 1996 y finalmente fue aprobado en Amsterdam en 1997, constituyéndose en un mecanismo de coordinación de las políticas económicas de los países de la zona euro. El pacto pretende garantizar la existencia de unas finanzas públicas saneadas mediante la disciplina fiscal desde el inicio de la Unión Económica y Monetaria (UEM), siguiendo una política continuista con el compromiso de reducción del déficit público recogido en los criterios de convergencia del Tratado de Maastricht, y pretende asimismo el fomento del crecimiento económico. De este modo, los países que accedieron a la tercera fase de la UEM se comprometieron a mantener en el corto plazo un déficit público por debajo del 3 por cien del PIB, y, a medio y largo plazo, un déficit público cercano al equilibrio o superavitario. La razón esgrimida para llevar a cabo el Pacto de Estabilidad y Crecimiento es la necesidad de conseguir unas finanzas públicas equilibradas que permitan la estabilidad del Euro y colaboren con el Banco Central Europeo (BCE) en su objetivo de controlar la inflación. Evitando déficit excesivos se alivia la presión sobre la política monetaria y se fomentan expectativas de inflación a la baja, de forma que puedan mantenerse tipos de interés bajos. Por el Pacto de Estabilidad y Crecimiento, los países se obligan a presentar un Programa de Estabilidad, que se actualiza anualmente, en el que se exponen los objetivos de deuda pública y déficit presupuestario a medio plazo, el escenario de evolución de las principales variables macroeconómicas, así como las medidas previstas para alcanzar los objetivos propuestos. Por su parte, el Consejo Europeo se reserva la potestad de declarar en cada momento la existencia de un déficit público preocupante y, en su caso, hará las recomendaciones que estime pertinentes para que el Estado miembro corrija la situación. En caso de no actuar de acuerdo con las directrices del Consejo Europeo, se puede ordenar el depósito de una cantidad en cuenta no remunerada durante dos años, que oscilará entre un fijo del 0.2 por cien del PIB y un tope máximo del 0.5 por cien del PIB. Finalizados los distintos plazos previstos sin corregir la situación, el depósito puede llegar a convertirse en multa. Las directrices en materia presupuestaria que dimanan de la Unión Europea a través del Pacto de Estabilidad y Crecimiento están en línea con las escuelas clásica y monetarista que defienden la elaboración de presupuestos equilibrados. La presentación de presupuestos equilibrados se justifica al entenderse que es la vía para crear un entorno estable para el sector privado y no provocar efectos expulsión mediante elevaciones de los tipos de interés.

La reforma del Pacto de Estabilidad y Crecimiento

El texto se caracteriza por conservar los límites del 3 por cien del Producto Interior Bruto (PIB) para el déficit público y del 60 por cien para la deuda, pero da más permisividad en las reglas de disciplina presupuestaria. La aplicación de las reglas se hará de un modo más flexible. De manera que antes de abrir procedimientos a los Estados que no cumplan con los límites previstos se tendrán en cuenta los factores causantes, incluyendo así nuevos eximentes, y se amplían los plazos para poder corregir los desequilibrios. El principal objetivo de la reforma es que los Estados miembros puedan tender al equilibrio presupuestario en épocas de expansión económica, con lo que se permiten desviaciones temporales del déficit, y tener más margen para potenciar el crecimiento económico a través del gasto público en coyunturas del ciclo económico menos favorables. Para ello, la reforma permite una aplicación más flexible de las reglas de disciplina fiscal de la UE. Los cambios del nuevo Pacto atienden a las pretensiones de Francia, Alemania, y otros estados que se caracterizan por incumplir el límite del déficit. Estos estados aseguran que las normas anteriormente vigentes estaban actuando negativamente de cara a reactivar sus economías. El nuevo pacto de Estabilidad y Crecimiento pone a disposición de los Estados miembros un marco para razonar y justificar los motivos que les llevaron a sobrepasar el límite del 3 por cien del déficit. Si consiguen convencer al resto, se librarán del correspondiente proceso sancionador. Eso sí, solo podrán escaparse cuando su cifra de déficit excesivo sea temporal y cercano al valor de rferencia, es decir, el 3 por cien permitido.

Bibliografía

Apuntes sobre temas de macroeconomía. Francisco González Gómez. Editorial Copicentro.

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