Descentralización
En toda organización, la delegación de responsabilidades y competencias, así como el consecuente proceso de toma de decisiones, pueden ser llevados a cabo de forma centralizada o descentralizada. Se calificará a una estructura como centralizada si un único individuo (o unos pocos) ostenta todo el poder de decisión. Por el contrario, cuanto más poder se delegue entre los miembros de la organización para llevar a cabo la toma de decisiones, más descentralizada estará la estructura. Sin embargo, tales conceptos no deben entenderse como absolutos, sino como puntos extremos de un continuo a los que, difícilmente, llega por completo una organización.
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Concepto
La descentralización es una práctica consistente en el reparto del poder de decisión entre los diferentes mandos y niveles jerárquicos de la organización, de modo que dicho poder se sitúe en diversos lugares de la misma quedando, únicamente, los controles necesarios en los altos mandos. De esta forma, el poder es, por un lado, fraccional ya que queda dividido entre los diferentes niveles jerárquicos y, además, pluralista, dado que se encuentra disperso entre los miembros de la organización de forma vertical y horizontal.
Tipología
En primer lugar, se denomina descentralización vertical a la delegación de poder formal conforme se va descendiendo por la cadena de autoridad lineal llegando, incluso, hasta los operadores directos. De este modo, se parte de la concentración de poder en el ápice estratégico para su posterior dispersión a sucesivos niveles inferiores en la jerarquía vertical organizacional.
Por otro lado, la descentralización horizontal hace alusión al grado en que se transfiere el control de los procesos de toma de decisiones de la cadena de mando “línea media” a personas ajenas a tal mando como son las pertenecientes al staff de apoyo o la tecnoestructura. Así pues, el poder de decisión, informal en este caso, pasa a personal, directivo o no, que sea parte de las unidades del staff de apoyo, de la tecnoestructura o del núcleo de operaciones.
Además, dado que los poderes de decisión no tienen por qué quedar esparcidos de forma estable, aparecen otros dos conceptos específicos de descentralización:
- Descentralización selectiva: cuando el poder concerniente a la toma de decisiones de diferente clase se asigna a diversas unidades de la organización.
- Descentralización paralela: se refiere a la asignación del poder de toma decisiones de variados aspectos organizacionales a una misma unidad.
Vinculando los conceptos anteriores, se llega a la denominada descentralización vertical selectiva, consistente en la delegación de la toma de decisiones de áreas funcionales (fabricación, marketing, finanzas e I+D) en aquellos niveles jerárquicos donde resulte más fácil la obtención y acumulación de la información requerida para tomar tales decisiones. Para el establecimiento de la coordinación y el control de este tipo de descentralización se acudirá mayormente a la adaptación mutua y, concretamente, a los dispositivos de enlace.
Por otra parte está la descentralización vertical paralela, con la que se sitúa el poder de la toma de decisiones en un nivel jerárquico específico, concretamente, dentro de las unidades que se agrupan de acuerdo al mercado. Son tres los mecanismos de coordinación a los que se acude con este tipo de descentralización:
- Algo de supervisión directa, pero sin que se llegue a dar lugar a un control de la gestión de la unidad.
- Cierta normalización de las habilidades a través de la preparación y el adoctrinamiento de los directores divisionales.
- La normalización de los resultados mediante sistemas de control del rendimiento a las unidades, las cuales dispondrán de cierta autonomía para determinar la manera de alcanzarlos.
Ventajas e inconvenientes
De entre las ventajas que presenta la descentralización se pueden destacar las siguientes:
- Permite que los altos directivos se centren en las decisiones de mayor importancia, delegando las menos relevantes a niveles jerárquicos inferiores.
- Promueve el incremento de la eficiencia, pues se aprovecha mejor el tiempo y las aptitudes de los diferentes miembros de la organización, evitando así que eludan responsabilidades y obligaciones.
- Evita atrasos en la actuación derivados de consultas a puestos directivos superiores, dado que cada mando está más cerca del punto donde se ha de tomar la decisión.
- Ofrece la formación de mandos locales con una mayor motivación, sentimiento de pertenencia y responsabilidad en los resultados.
Por otro lado, cabe señalar que la descentralización no carece de inconvenientes, siendo los más relevantes los detallados a continuación:
- Supone un costoso proceso de formación y capacitación de los directivos en el proceso de toma de decisiones, además del ofrecimiento de unos mejores salarios acordes con la atribución de unas mayores responsabilidades.
- La delegación de decisiones ocasiona una ralentización de los procedimientos de planificación y control dada su mayor extensión para comprobar que, efectivamente, contemplan los objetivos previamente marcados por la alta dirección.
- Puede dar lugar a que los directivos con capacidad de decisión se sientan atemorizados ante tal delegación de responsabilidad.
- La alta dirección puede no llevar a cabo una descentralización propiamente dicha porque la conciba como una pérdida de poder e influencia en la organización.
Razones para descentralizar una estructura
A pesar de que con la centralización se consigue una coordinación de la toma de decisiones, a través del individuo que toma las mismas y las manda poner en práctica mediante una supervisión directa, hay organizaciones que deciden descentralizarse. Algunas de las razones que les impulsan a ello son las siguientes:
- Todas las decisiones no pueden ser comprendidas por un solo centro decisor, bien porque la información sea de naturaleza cualitativa y, por tanto, difícil de transmitir a un único centro, bien porque aunque pueda serle transmitida, no tenga la suficiente capacidad cognoscitiva para procesarla (cantidades ingentes de conocimientos, complejidad de los mismos,…).
- La descentralización proporciona una rápida capacidad de reacción ante los problemas locales que puedan surgir en la organización.
- La descentralización supone un estímulo de motivación, pues los miembros de la organización se sienten verdaderamente implicados con la misma, ya que ven que su promoción a puestos de mayor autoridad y responsabilidad tiene una relación directa con los resultados de su toma de decisiones.
Bibliografía
- BUENO CAMPOS, E. (1996). Organización de empresas. Pirámide, Madrid.
- MINTZBERG, H. (1991). La estructuración de las organizaciones. Ariel Economía, Barcelona.