Bien público
Bien público es aquel bien de acceso universal cuya titularidad es pública, pudiendo ser consumido simultáneamente por todos los miembros del colectivo social. En la economía contemporánea se acepta generalmente la definición de bien público dada por Elinor Ostrom como un bien que está disponible a todos y del cual el uso por una persona no substrae del uso por otros.[1]
Quedan patentes, con la concepción actual, las dos características definitorias de los bienes públicos: no son rivales y no son excluyentes.
Contenido |
Bien no rival
Según el principio de rivalidad, cuánta más gente consuma un bien o servicio, menos queda para los demás.
Los bienes que poseen rivalidad son aquellos cuyo consumo o uso por algún individuo en particular elimina la posibilidad de que otras personas puedan disfrutarlo en ese momento. Así, un bien es no rival sí al ser consumido por una persona no se está reduciendo el consumo por parte de otra persona. El uso o disfrute de un bien no rival no reduce la disponibilidad para otros, de modo que no existe rivalidad en el consumo.
Microeconómicamente hablando un bien no es rival si cualquiera que sea el nivel de producción, el coste marginal de suministrarlo a un consumidor adicional es cero[2]
El alumbrado de las calles, por ejemplo, es un bien no rival: puede ser utilizado por muchas personas a la vez sin que ello disminuya la visibilidad para todos ellos. Por el contrario, un bolígrafo o un cigarro son bienes rivales ya que su uso o disfrute reduce la disponibilidad para otros.
Bien no excluyente
Según el principio de exclusión, el uso de un bien excluye el uso de ese bien o servicio para otra persona.
Un bien no es excluyente si no es posible excluir a nadie de su consumo. No se puede impedir técnica o económicamente (por su elevado coste) que consuma el bien quien no paga, pudiéndose consumir los bienes sin ser pagados directamente. Cuando, por el contrario, es posible excluir del consumo del bien a quien no paga decimos que ese bien es excluible.
El alumbrado público, además de ser un bien no rival es un bien no excluyente: sería muy costoso impedir que alguien disfrutase de las luces de las farolas al mismo tiempo que dicho servicio se pone a disposición de otras personas que están en ese momento en la calle. La defensa nacional es también ejemplo de bien no excluyente.
Una autopista es un ejemplo de bien público excluyente ya que se establecen una serie de controles de peaje con el objetivo de impedir que circulen por ellas quienes no pagan.
No obstante, la posibilidad o no de exclusión es más una cuestión técnica que una característica intrínseca de los bienes, ya que con el tiempo la clasificación de un bien como excluyente o no puede variar. Véase el ejemplo de la televisión, donde en sus orígenes era imposible que alguien pagase por su disfrute. Sin embargo, en la actualidad es muy frecuente que se excluya de un determinado canal de televisión a quien no paga (como la televisión por cable o el sistema de pago por visión de las plataformas digitales).
Referencias
Bibliografía
- Estrin, S. y Laidler, D.: Microeconomía. Cuarta Edición (1995). Prentice Hall International, Hertfordshire.
- Pindick R.,Rubinfeld D.: Microeconomics. Fith Edition(2006), Pearson.