Edith Penrose
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Introducción
Edith Elura Tilton Penrose(1914-1996) es la mujer que está detrás del concepto de "La empresa penrosiana". Su análisis, desarrollado en la década de 1950, supuso una ruptura temprana e imprevista con la visión ortodoxa de la empresa desde un punto de vista dinámico y evolutivo. En vez de buscar imaginarios equilibrios en tamaño, en combinación de factores o en precios, prestó atención a temas relacionados con el crecimiento de las empresas, las razones de la fusión de empresas, la supervivencia de las PYMES o la gestión del conocimiento.
Biografía
Edith T. Penrose nació y estudió en California, donde su padre era ingeniero en la construcción de autopistas. A los 18 años se casó con un compañero de estudios en la Universidad de California en Berkeley que moriría un año después en un accidente de caza. Edith quedó viuda y con un bebé a los veinte años. Se graduó en Economía en Berkeley en 1936. En 1939 aceptó un empleo en Suiza, en la Oficina Internacional de Trabajo (OIT) en Ginebra, bajo la dirección de un antiguo profesor de Economía, E.F. Penrose (Pen) con el que se casaría unos años después.
Mientras estuvieron en Suiza, Edith y Pen colaboraron en una organización de ayuda a judíos que huían de la Alemania nazi. Posteriormente se trasladan a Londres donde Pen es asesor económico en la embajada USA y Edith, por encargo especial de Eleanor Roosevelt, estudia las condiciones sociales del Reino Unido. El resultado de su investigación fue publicado por la OIT con el título de Food Control in Great Britain(1940).
En 1945, ya casados, Pen y Edith vuelven a USA, donde él trabaja en la ONU. En 1947 entran en la John Hopkins University donde ella realiza una maestría y el doctorado bajo la dirección de Fritz Machlup. Su tesis doctoral The Economics of the International Patent System es publicada en 1951.
Durante la "caza de brujas" del Comité de Actividades Anti-Americanas del senador McCarthy, los Penrose jugaron un papel muy activo en la defensa del académico Owen Lattimore. Quedaron muy desilusionados con la democracia USA por lo que abandonaron el país en el que nunca volvieron a trabajar.
Se trasladan a la Australian National University en Camberra, donde Edith Penrose empieza a escribir su libro sobre la teoría del crecimiento de la empresa. En 1957 se mudan de nuevo, esta vez a Irak, a la Universidad de Bagdad. Durante varios años permanecen en el Oriente Medio, impartiendo clases en Beirut, El Cairo y Jartún, pero manteniendo su domicilio permanente en Bagdad.
Los Penrose son expulsados de Irak en los años 60, trasladándose una vez más a Europa. Edith será profesora en la London School of Economics de 1964 hasta 1978 en que es nombrada catedrática de Economía en la escuela de negocios INSEAD, en Fontainebleau, París, una categoría universitaria que muy pocas veces había alcanzado una mujer economista.
La empresa penrosiana
Para Edith Penrose, la empresa es un conjunto de recursos organizados administrativamente que crece y trata de sobrevivir en un entorno de competencia. Distingue entre los recursos y los servicios que se pueden obtener de éstos: "Los servicios que producen los recursos dependen de la forma en que son usados. Exactamente el mismo recurso puede proveer diferentes servicios según la forma en que se use o se le combine con diferentes tipos o cantidades de otros recursos". Cualquier recurso en cualquier empresa está infrautilizado. El gerente de la empresa trata de mejorar el rendimiento de los recursos de que dispone ya que esa es la mejor forma de aumentar la producción y los ingresos sin que aumenten los costes. El conocimiento de la empresa sobre la tecnología y el mercado es clave para permitir un mejor aprovechamiento de los recursos.
- TEORÍA DE LOS RECURSOS
En el avance teórico para explicar a la empresa, los planteamientos de los recursos, las capacidades y las competencias establecen que la estructura y los límites de la empresa están asociados con la existencia de competencias individuales o colectivas que se generan mediante las habilidades y conocimiento tácito que de alguna forma propicia y conserva la organización. Se encuentran en este sentido similitudes entre Penrose (1959), Nelson y Winter (1982) y Teece (1982), para quienes la empresa es depositaria de conocimiento o competencias específicas (incluyendo las técnicas y las organizacionales).
Estas perspectivas teóricas tienen puntos de partida distintos al de las teorías neoclásica y contractual. Parten de reconocer la racionalidad limitada del agente económico y de la generalización empírica de que el conocimiento productivo no es explícito, ni libremente transferible. Al respecto se apoyan en el planteamiento de Polanyi (1962) quién mostró que gran parte del conocimiento es tácito y que sólo puede ser adquirido en un proceso temporal de aprender haciendo (learning by doing); y que, el conocimiento sobre la producción es frecuentemente, y en esencia, conocimiento distribuido, es decir, que la totalidad del mismo se encuentra fraccionado entre múltiples personas que participan en las tareas de producción.
El enfoque de recursos también parte de otras dos generalizaciones empíricas: i) existen diferencias sistemáticas entre las firmas en la medida en la que controlan de manera distinta los recursos que son necesarios para implementar sus estrategias, y ii) dichas diferencias son relativamente estables. Los supuestos respecto al comportamiento de las empresas son que las diferencias en las dotaciones de recursos de mismas provocan diferencias en su desempeño (performance), y que buscan incrementar (no necesariamente maximizar) su beneficio económico.
Dentro de la teoría de recursos, el interés central de Penrose es explicar el crecimiento de la empresa y las razones de la diferenciación y competencia entre firmas, abordando sólo las causas internas a las mismas que generan y limitan su crecimiento. Es decir, lograr una teoría del crecimiento de la empresa que no se base en eventos externos fortuitos.
Sus palabras
“A largo plazo, la rentabilidad, supervivencia y crecimiento de una empresa no depende tanto de la eficiencia con la que es capaz de organizar la producción de incluso una amplia diversidad de productos, como de la habilidad de la empresa para establecer una o más relativamente invulnerables "bases" desde las que pueda adaptarse y extender sus operaciones en un mundo incierto, cambiante y competitivo. No es la escala de la producción ni siquiera, con límites, el tamaño de la empresa, lo que importa, sino la posición básica que es capaz de establecer por sí misma”. (Edith Penrose, 1959 The Theory of the Growth of the Firm, p. 137).
Obsérvese, por tanto, que para Edith Penrose el concepto neoclásico de industria, como un conjunto de empresas homogéneas que producen productos idénticos, carece totalmente de sentido. No hay dos empresas iguales ya que los conocimientos que poseen las empresas son diferentes y el rendimiento que obtienen de sus recursos es diferente.
El conocimiento empresarial es un recurso básico para la empresa ya que determina los límites en la capacidad de gestión y en la capacidad de aprovechamiento pleno de los servicios que pueden prestar los demás recursos disponibles de la empresa. Los recursos pueden adquirirse en el mercado, en el exterior de la empresa, pero los conocimientos necesarios para el control, la gestión y el crecimiento son creados en el interior de la empresa y por tanto establecen un límite a la velocidad de crecimiento.
Penrose distingue entre el crecimiento "interno" de la empresa, generado por la mejora en el conocimiento empresarial, en la gestión y en el aprovechamiento de los recursos, y el crecimiento "externo", generado por la adquisición de recursos externos. Esta adquisición de recursos externos va unida a un aumento de los recursos infrautilizados, ya que se requiere tiempo para que los recursos nuevos puedan ser plenamente "conocidos" y aprovechados.
Obras
• Penrose, E. (1940). Food Control in Great Britain. Geneva: International Labor Office.
• Penrose, E. (1951). The Economics of the International Patent System. Baltimore, MD: Johns Hopkins Press. Fue publicada en español en 1974.
• Penrose, E.T. (1952). Biological analogies in the theory of the firm. American Economic Review 42: 804—819.
• Penrose, E. (1959). The Theory of the Growth of the Firm. Oxford: Basil Blackwell and New York: John Wiley & Sons. Ha sido reeditada varias veces y traducida al japonés, francés, italiano y español.
• Penrose, E. (1960). ‘The growth of the firm—a case study: the Hercules Powder Company’. Business History Review, vol. XXXIV, pp. 1-23.
Bibliografia
Recursos electrónicos:
Entrada editada por Noelia Ortega Pérez.