Origen y Antecedentes de las Microfinanzas

De Descuadrando

La economía mundial no distribuye la riqueza por igual en todas las regiones del planeta, en tanto en cuanto admite un marcado contraste entre la riqueza y la pobreza. Según esto, la Organización Mundial de la Salud (OMS), ya cuantificaba en el año 1995 una cifra de 1.000 millones de personas que vivían en situación de seria precariedad, lo cual supone una quinta parte de la población mundial. Entre otras, América Latina, África, China, La India, etc., son las regiones donde la concentración de estas personas con recursos limitados es mayor, sin olvidar que también podemos encontrarlas en países desarrollados con mayor dotación económica.

La pobreza es un fenómeno que ha existido durante toda la historia de la humanidad, siendo a la mujer a quien más afecta, teniendo en cuenta que las éstas han tenido mayores dificultades que el hombre a la hora de acceder a los servicios financieros. Por este motivo, puede decirse que a lo largo de la historia el desempeño de la actividad económica y, por tanto, creación de riqueza ha sido un rol desempeñado por el hombre, hecho que ha sido diversas culturas sociales. Sobre esto, el Fondo de Desarrollo de las Naciones Unidas para la Mujer (UNIFEM) ha estimado que las mujeres generan aproximadamente el 10% de los ingresos totales mundiales.

Desde hace 25 años han surgido numerosas iniciativas con el objetivo de activar ciertos mecanismos de financiación para la microempresa. Dichas iniciativas han partido, principalmente, de Organizaciones No Gubernamentales (ONGs), instituciones financieras sin fines de lucro y organismos internacionales. En este sentido, desde mediados de los años ochenta, en la mayoría de países de América Latina, vienen funcionando numerosas ONGs de tipo social financiadas, básicamente, por donaciones de la comunidad internacional y con la finalidad de atender a ciertos sectores marginados de la población que disponen de escasos recursos económicos. Esta atención se realiza ofreciendo servicios financieros en regiones marcadas por la depresión económica, tanto en áreas rurales como urbanas, motivo por el cual estas entidades comenzaron a convertirse en un motor de desarrollo económico y microempresarial a la vez que en un sistema eficiente de generación de empleo.

Por aquel tiempo, dada la ausencia de oferta crediticia a la pequeña y micro empresa por parte de las grandes entidades bancarias, las ONGs, por su alcance y gran cobertura geográfica, se asentaron como una importante fuente institucional de crédito, desarrollando su actividad sin someterse a ninguna regulación financiera y sin encontrarse bajo la supervisión de ningún organismo regulador o cualquier otra institución análoga. Esta situación repercute directamente en el hecho de que las organizaciones de desarrollo no pudieran captar ahorros del público en forma de depósitos, lo cual imposibilita y obstaculiza su expansión a nivel territorial.

Por su parte, las ONGs encontraron dificultades a la hora de llevar a cabo actividades de crédito, lo que condujo a la necesidad de formalizarse por éste y por otros motivos que exponemos a continuación:

• Permitir a ciertos sectores de la población la incorporación al sistema financiero donde podrán disfrutar de servicios de diversa índole.

• Asegurar un buen funcionamiento del sistema microfinanciero y así crear vías de canalización de recursos hacia sectores a los que no llega la banca corporativa.

• Intento de cubrir la demanda real insatisfecha de servicios financieros por insuficiencia de intermediarios financieros en la pequeña y microempresa, en zonas rurales y urbanas.

• Proporcionar a las ONGs, una vez formalizadas, una forma jurídica contemplada en la legislación que pueda aportar una estabilidad y tranquilidad jurídica al sistema.

• Incrementar y completar la estructura financiera así como las modalidades en las que se pueden instrumentar las operaciones de crédito.


Las entidades de microfinanzas, teniendo en cuenta sus comienzos como ONGs, nunca deben desaprovechar la experiencia que hayan podido acumular bajo la figura de éstas últimas, conservando, para ello, todas la metodologías de gestión de créditos utilizadas cuando las ONGs financieras aún no se encontraban formalizadas.

Según Vereda del Abril (2002), “los microcréditos y microfinanzas surgieron cuando determinadas personas, con creencias en el ser humano y con voluntad de ayuda fueron capaces de prestar pequeñas cantidades de dinero a los pobres que no tenían tierras, ni propiedades, ni salarios, pero tenían la fuerza vital para salir de la miseria con dignidad, creándose su propio trabajo”. Resulta difícil concretar quienes fueron las personas que desarrollaron esta labor por primera vez de forma continuada y generalizada, pero sí que podemos decir que en Bangladesh, en 1976, el profesor Muhammad Yunus, jefe del programa de Economía Rural de la Universidad de Chittagong, dirigió un proyecto de investigación en el que se le ocurrió diseñar un sistema y metodología de crédito cuyo fin era la cobertura crediticia en zonas rurales, zonas donde no llegaban los servicios bancarios tradicionales.

Como claros ejemplos de Entidades que dieron origen a las microfinanzas podemos citar tanto el Grameen Bank, banco que fue creado por Muhammad Yunus, y BancoSol, entidad originaria de las microfinanzas que opera en Bolivia, país donde, en la actualidad, están más desarrolladas las microfinanzas.

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