Unión Económica y Monetaria en Europa

De Descuadrando

La Unión Económica y Monetaria (UEM) representa un paso importante hacia la integración de las economías de la UE e implica la coordinación de las políticas económicas y fiscales, una política monetaria común y una moneda común, el euro. Aunque los 27 Estados miembros de la UEM participan en la unión económica, algunos países han alcanzado un mayor grado de integración y han adoptado el euro. Estos países forman la zona del euro.
La decisión de formar una Unión Económica y Monetaria fue tomada por el Consejo Europeo en la ciudad neerlandesa de Maastricht en diciembre de 1991, recogiéndose posteriormente en el Tratado de la Unión Europea (Tratado de Maastricht). Con la Unión Económica y Monetaria, la UE da un paso más en su proceso de integración económica, que se inició en 1957 con su fundación.
La integración económica proporciona a la economía de la UE en su conjunto y a las economías de los distintos Estados miembros las ventajas de una dimensión, una eficiencia interna y una solidez mayores, lo que, a su vez, permite un incremento de la estabilidad económica, del crecimiento y del empleo, que beneficia directamente a los ciudadanos europeos.


Contenido

Orígenes de la cooperación monetaria europea

Se concretan cuatro períodos en la evolución de la cooperación monetaria:

  • Periodo 1960-1968: Caracterizado por los escasos progresos en materia monetaria. Los primeros años de la Comunidad con una época de estabilidad en el sistema monetario internacional, basada en los acuerdos de Bretton Woods y la disciplina del Fondo Monetario Internacional. Las principales referencias sobre la materia aparecieron en el Informe Van Kampen de 1962 en el que se señalaba la necesidad de coordinar la política monetaria y la conveniencia de crear un sistema de ayuda mutua. A pesar de la sensibilidad despertada sobre estas aspiraciones con la crisis general de 1963-1964 y la de la balanza de pagos de Italia, una vez superados estos problemas se abrió un período de indiferencia respecto a lo monetario.
  • El desplome del sistema monetario internacional, 1968-1974: Tras el Plan Barre de 1969, se creó un Comité encargado de estudiar la formación de una Unión Monetaria Europea. En octubre de 1970 se presentó el Plan Werner y, sobre las conclusiones del mismo, en 1971, se planteó la realización de una unión económica y monetaria por etapas que culminaría en 1980.
    El Plan Werner fue activado en sus líneas principales, evitando toda referencia a cualquier transferencia de poderes nacionales a la Comunidad.
    Para alcanzar sus metas, se pusieron en marcha varios proyectos:
    • En 1972 se implantó la "serpiente monetaria", antecedente del Sistema Monetario Europeo.
    • En 1973 se creó el Fondo Europeo de Coordinación Monetaria (FECOM), que tenía como misión el apoyo de la política monetaria a corto plazo y la gestión de las reservas monetarias de los países miembros.
    • En 1974 el Consejo adoptó dos directivas, una sobre el fomento de la convergencia de las políticas económicas y otra sobre la consecución de la estabilidad, el crecimiento y el pleno empleo.
      El sistema de la serpiente no duró mucho, ya que faltaba una norma de dirección para ver hacia donde tenía que ir la serpiente. Al poco tiempo de estar funcionando, Gran Bretaña e Irlanda tuvieron que abandonarlo, le siguieron Francia e Italia, quedando al final dentro del sistema de flotación conjunta únicamente Alemania y los países del Benelux.
  • Periodo 1974-1978: La crisis energética y los desequilibrios de la balanza de pagos que se produjeron en los años sucesivos, hicieron imposible cualquier progreso hacia la consolidación de una Unión Monetaria Europea. Las tensiones que se generaron entre las monedas impidieron cualquier avance y proporcionaron argumentos para aparcar el proyecto.
  • Desde 1979 en adelante: El siguiente paso en la dirección de la Unión Económica y Monetaria (UEM) lo dio el Consejo Europeo el 5 de diciembre de 1978 creando el Sistema Monetario Europeo, cuya finalidad era sentar las bases de una zona de estabilidad monetaria entre sus miembros.
    A partir de 1987, el SME se convirtió en una zona de tipos de cambio casi fijos, con reducidos niveles de inflación y con déficits públicos sostenibles. Estos logros quedaron eclipsados tras las incertidumbres que se generaron en el otoño de 1992.
    En agosto de 1993, los países del SME decidieron ampliar provisionalmente los márgenes hasta un 15%. Entre tanto, para evitar que se produjesen fluctuaciones marcadas entre las divisas comunitarias y eliminar las devaluaciones competitivas, los gobiernos de la UE decidieron imprimir un nuevo impulso a la plena unión monetaria e introducir una moneda única.

Fases de la Unión Económica y Monetaria (UEM)

Con ocasión del Consejo Europeo de Madrid, celebrado en junio de 1989, los líderes de la UE adoptaron un plan para la unión económica y monetaria que se articulaba en torno a tres fases. Dicho plan se incorporó al Tratado de Maastricht sobre la Unión Europea, adoptado por el Consejo Europeo en diciembre de 1991.

  • 1ª Fase: 1 julio 1990 - 31 diciembre 1993 Se inició con la entrada en vigor de la libre circulación de capitales con un aplazamiento hasta finales de 1992 para España, Portugal, Grecia e Irlanda; si bien España no agotaría ese período transitorio y la asumió en febrero de 1992. Las metas de esta fase fueron:
    • Lograr el mayor grado de convergencia económica a través de los planes de convergencia.
    • Finalizar la formación del mercado único eliminando las barreras técnicas, físicas y fiscales que impedían su total desarrollo.
    • Eliminar todos sus obstáculos a la libre circulación de capitales.
    • La ratificación de los Estados miembros del nuevo Tratado.
    • Adoptar, programas plurianuales destinados a asegurar una convergencia duradera, en particular en precios y finanzas públicas.
    • Que todas las monedas comunitarias se incorporaran al mecanismo cambiario del SME.
  • 2ª Fase: 1 enero 1994 - 31 diciembre 1998 Esta etapa puede considerarse de transición y ajuste de las políticas monetarias y de corrección de desequilibrios financieros. Las aspiraciones definidas para estos años fueron:
    • La creación del Instituto Monetario Europeo, base del futuro Sistema Europeo de Bancos Centrales.
    • Comprometerse a garantizar la independencia de los Bancos Centrales.
    • Cumplir los criterios de convergencia.
    • Prohibir al sector público del acceso privilegiado a la financiación de las instituciones financieras.
    • Deber de los Estados miembros de preparar la legislación nacional.
    • No alterar la composición de la cesta de monedas del Ecu.

Desde 1998 se preparó el lanzamiento del euro a la escena internacional. En febrero, catorce de los quince países de la Unión Europea cumplían los principales criterios de convergencia para acceder a la última fase de la unión monetaria. Sólo Grecia quedó fuera por no cumplirlos. El Reino Unido, Suecia y Dinamarca decidieron esperar exigiendo a sus socios el no entrar en el euro por la cláusula outing-out.
La posterior secuencia de acontecimientos fue la siguiente: en marzo de 1998 Grecia se integró en el SME, el 5 de junio se creó el Consejo Euro 11, formado por los ministros de Economía y Hacienda que habían cumplido los criterios de convergencia y aceptado implantar el euro, y el 1 de julio de 1998 entró en funcionamiento el Banco Central Europeo sustituyendo al Instituto Monetario Europeo.

  • 3ª Fase: 1 enero 1999 - 1 julio 2002 Se produce la culminación del la UEM, y para ello se pretende cumplir con los siguientes puntos:
    • Fijación irrevocable de los tipos de cambio.
    • Cesión de soberanía en política económica al SEBC de los Bancos Centrales.
    • Introducción de la moneda única, el euro, y desaparición de las monedas nacionales.
    • Comienzo del funcionamiento del sistema de pagos TARGET.

Criterios de convergencia

Todos los países de la UE deben reunir los cinco criterios de convergencia para poder pasar a la tercera fase. Estos criterios son:

  • La estabilidad de precios: la tasa de inflación no puede exceder en más de un 1,5% la media de las tasas de inflación de los tres Estados miembros que registren la inflación más baja.
  • Tipo de interés: los tipos de interés a largo plazo no pueden variar en más de un 2% en relación con la media de los tipos de interés de los tres Estados miembros cuyos tipos de interés sean los más bajos.
  • Déficit: los déficits presupuestarios nacionales deben ser inferiores al 3% del Producto Interior Bruto (PIB);
  • Deuda pública: no puede exceder del 60% del PIB.
  • Estabilidad del tipo de cambio: los tipos de cambio deben haberse mantenido, durante los dos años previos, dentro de los márgenes de fluctuación autorizados.

Todas estas metas servirían para conseguir la homogenización de las economías.

Pacto de Estabilidad y Crecimiento

En junio de 1997, el Consejo Europeo adoptó el Pacto de Estabilidad y Crecimiento, que establecía el compromiso permanente con la estabilidad presupuestaria y hacía posible la imposición de multas a cualquier país de la zona del euro cuyo déficit presupuestario excediese del 3%. Sus cometidos eran:

  • Evitar presiones sobre el BCE.
  • Evitar tensiones entre los titulares de la Política fiscal y la Política monetaria.
  • Impedir que un país pudiera exportar sus desajustes fiscales al resto de la zona euro.
  • Reforzar la cláusula de no aval, eliminando la posibilidad de que en el futuro se dieran transferencias de recursos financieros hacia algún país por su comportamiento fiscal.

El Pacto de Estabilidad es un sistema de sanciones para que los Estados miembros cumplan en materia de finanzas públicas.
La conclusión es que el Pacto se ha incumplido y existe poca disciplina fiscal. Posteriormente con la persistencia de los déficits elevados de las principales economías de la zona euro, la Comisión tuvo que reformar el Pacto de Estabilidad en 2005 ya que era demasiado estricto.

El mecanismo de tipos de cambio (MTC II): Funcionamiento

El MTCII fue presentado en el Consejo de Dublín, aprobado el 16 de junio de 1997 en Amsterdam y ratificado el 1 de septiembre de 1998 para sustituir al SME cuando se iniciara la tercera fase de la UEM. Se trataba de un acuerdo entre los Bancos Centrales de los países que no participarían en la zona euro y el Banco Central Europeo. Sus principales características eran:

  • Los miembros del MTC II deberían fomentar la convergencia y evitar perturbaciones que afectaran a la estabilidad de la Unión.
  • La participación sería voluntaria.
  • Se fijaron márgenes de fluctuación del +/- 15% con posibilidades de reajustes que se llevarían a cabo por mutuo acuerdo. En este sentido Dinamarca decidió restringir el márgen al +/- 2.25%.
  • Se introdujo la posibilidad de intervenciones intramarginales coordinadas.
  • Se implantó un mecanismo de intervención a muy corto plazo con vencimiento a tres meses.

El MTC II comenzó a operar el 1 de enero de 1999 con el euro como moneda ancla a través de unos tipos centrales y márgenes de fluctuación. Como la participación del MTC II no aseguraba la convergencia nominal, los participantes deberían cumplir los pactos de estabilidad. En cualquier momento, un país podía convocar al Consejo para que examinara su situación económica y, si lo estimaba, aprobara la adhesión a la UEM.
Junto al euro, el nuevo MTC II quedó constituido sólo por dos monedas, la corona danesa y la dracma griega. La libra esterlina y la corona sueca no participaron. El MTC II mantenía dos bandas de fluctuación, la del 2.25% y la del 15%.

Las futuras adhesiones a la UE y al euro

El Consejo de Asuntos Económicos y Financieros (ECOFIN) definió tres fases en la transición hacia el euro: la preadhesión, la adhesión y la incorporación al euro.
En la preadhesión se debería afrontar una política económica de cara a satisfacer los criterios aprobados en el Consejo de Copenhague de 1993 sobre la culminación de la transición a una economía de mercado, para poder hacer frente a la competencia en el seno del mercado único y progresar en la convergencia real y la estabilidad económica.
Tras la adhesión los nuevos estados miembros no estarán obligados a adoptar inmediatamente el euro, tendrán que cumplir primero los criterios de convergencia recogidos en el Tratado de Maastricht.
Después de la adhesión, y antes de vincularse el euro, deberán participar en el MTC II fijando un tipo pivote y unos márgenes de fluctuación.
El 28 de junio de 2004 las monedas de Lituania, Eslovenia y Estonia se incorporaran al MTC II, el 2 de mayo de 2005 lo hicieron Chipre, Malta y Letonia y el 28 de noviembre de ese mismo año la eslovaca.
En mayo de 2006, Eslovenia cumplió los requisitos para incorporarse al euro el 1 de enero de 2007.

Bibliografía

  • Cuenca, E. (2007) Economía de la Unión Europea. Ed. Pearson Prentice Hall, Madrid.
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